17 jul 2009
Además de cosechar un inesperado éxido de taquilla a escala internacional, Bailando con lobos recibió siete Oscar, entre ellos el concedido a la Mejor Película. Este film es muchas cosas a un tiempo: una saga épica sobre la realización personal, un canto a los sencillos valores de una edad desaparecida, una enardecida fábula de aventuras y un alegato sobre el culpable legado de racismo y genocidio de los Estados Unidos.
El impresionante debut tras la cámara de Kevin Costner con una película de tres horas de duración dejó en ridículo a aquellos críticos que durante su período de producción no le auguraban un buen futuro. Costner, entusiasta del género, que había declarado que La Conquista del Oeste era su película favorita y había participado anteriormente como actor en Silverado, obtendría por su trabajo el Oscar a la Mejor Dirección.
Además de constituir uno de esos casos raros en que el celuloide ha alzado la voz para hablar en favor de los indígenas americanos, la película conectó con la sensibilidad contemporánea por su defensa de los valores comunitarios y familiares, su conciencia ecológica y su alegato a favor de un modo de vida casi utópico. También se colocó a la cabeza de una serie de producciones que se ocuparon de los problemas de los indios en la cultura norteamericana, tanto desde una perspectiva historicista como contemporánea.
Buen visionado

2 comentarios:
Bueno, qué puedo decir... los temas me encantan, nativos americanos, lobos, far west... tengo que poner algo en mi blog después de haberla visionado.
Una excepcional película que, a pesar de su larga duración, no se hace parana pesada. Me sorprendió mucho la primera vez que la ví y ahora, con los años, aún la disfruto más. Imprescindible para todo aquél que le encante el tema de los indios americanos.
Lo mejor de la película: calcetines.
Publicar un comentario