25 mar 2010

Casablanca



Casablanca se ha convertido en un santuario para los refugiados que tratan de conseguir un visado de salida para viajar a Lisboa y, desde allí, a América. Uno de los lugares más frecuentados es el Café Americain de Rick, propiedad del cínico Richard Blaine. Inesperadamente, dos visados de tránsito caen en sus manos, lo cual le convierte en objeto de especial interés, tanto para las autoridades como para el recién llegado Peter Laszlo, un líder de la resistencia que viaja en compañía de Ilsa, su esposa. Ésta había sido antes la amante de Rick, al que había abandonado en París cuando se enteró de que su marido había sobrevivido a su internamiento en un campo de concentración. Ilsa reaviva sus sentimientos románticos hacia Rick, pero éste, consciente de la importancia del trabajo de Laszlo, elabora un plan que pone a Laszlo e Ilsa en el avión con destino a Lisboa, mientras él y el Inspector jefe de policía Renault se enfrentan a un incierto pero patriótico futuro.





Casablanca es una de las películas favoritas de los espectadores de todo el mundo, habiendo llegado a convertirse en un verdadero objeto de culto. Tuvo un gran éxito comercial en el momento de su estreno, y su popularidad se ha ido acrecentando a lo largo de las últimas décadas. Hoy en día continúa siendo una película asombrosamente contemporánea a pesar de estar ambientada en un momento histórico muy concreto.


Casablanca es una película bien hecha, es decir, con un guión sólido, buen ritmo, grandes interpretaciones y un nivel elevado de aspectos técnicos (fotografía, montaje, etc.), y artísticos (decorados, música, etc.). Los expertos han afirmado que la calidad de Casablanca debe atribuirse a la labor del director o de los guionistas (y es cierto); pero, ¿qué habría sido de la película sin el "look" y la política de producción característicos de la Warner? El guión es ingenioso, sofisticado y perfectamente estructurado, pero no puede considerarse en absoluto como reflejo de la visión de sus autores, sobre todo si tenemos en cuenta que del final se escribieron y rodaron dos versiones antes de que el estudio decidiera cuál iba a utilizar.



La peícula tampoco hubiera sido la misma de haberse rodado con el reparto inicialmente previsto. Ronald Reagan, Ann Sheridan y Dennis Morgan, no tienen nada que ver con Bogart, Bergman o Henreid. Tampoco habría tenido el mismo tono de ironía y humor sin los actores fijos de la Warner: Claude Rains, Peter Lorre, etc. Woody Allen rindió homenaje a la película en su obra de teatro y posterior película Sueños de Seductor (Play it Again Sam, 1972).

Aqui os dejo unas cuantas curiosidades sobre ella.



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