11 jul 2009

Un americano en París

Esta semana propongo ver una película que constituye un importante hito en el cine musical, pues se trata de una de las primeras obras del género que realmente consiguió ganarse el respeto de la crítica y de la Academia norteamericanas.


Jerry Mulligan, un soldado norteamericano, ha permanecido en Paría tras la guerra con la intención de hacerse pintor. Aunque viva con estrecheces, disfruta del romanticismo de alojarse en una pensión de Montmartre, de la compañía de la chiquillería del barrio, del lúgubre humor de su amigo Adam Cook y del apoyo que le presta Henry Baurel, el cual está a punto de casarse con una joven y bella bailarina.

Mulligan no tardará en ser descubierto por una rica viuda, Milo Roberts que presenta su obra a sus acaudalados amigos. Mientras celebra su suerte en un club nocturno, Mulligan conoce a la joven Lise Bouvier y se enamora de ella. Sin embargo, esta se resistirá al idilio, pues se trata de la prometida de Baurel.

Cuando Roberts comience a exigirle a Mulligan algo más que su condición de promesa de las artes, éste decide rechazar cualquier ayuda que venga de ella. Finalmente, Baurel se dará cuenta de que es inútil interponerse en el camino del verdadero amor y Jerry encontrará la felicidad al volver a reunirse con Lise.

La película fue el tercer espectáculo de mayor éxito en Estados Unidos en 1951. Además de recibir seis de los ocho Oscar para los que fue nominada (incluyendo el de mejor película) el trabajo de Gene Kelly fue expresamente reconocido al concedérsele un premio especial por sus polifacéticas dotes como actor, cantante, director y bailarín y, especialmente, por sus brillantes logros en el arte de la coreografía para películas.

3 comentarios:

Carolina dijo...

Me encanta este musical, las coreografías, la música de George Gershwin, los actores. Incluso bailé "Un Americano en París" en un festival de fin de curso vestida de marinero, al estilo de "Levando anclas", pasos de claquet incluídos.

marguis dijo...

El MUSICAL, así con mayúsculas!!!

Belén dijo...

No me cansaré nunca de verla ¿Y el principio? Cuando la vi de pequeña me impactó muchísimo eso de ver la super-mega-habitación del pintor...

Unos números musicales excelentes. Y recuerdo perfectamente el de Carolina en el colegio. Fue todo un lujazo ver a "las mayores" bailar claqué.


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